Cuando llega una nueva estación en el año, es habitual que pensemos en modificar distintos aspectos de nuestro armario, ya que la vestimenta y otros elementos variarán al pasar del verano al otoño, por ejemplo. ¿Cómo puedes optimizar esas variantes para que el cambio sea más efectivo y menos traumático?
La primera medida a tomar es una buena limpieza del mueble. El objetivo es eliminar malos olores producto de la humedad o el encierro, como así también la proliferación de cualquier tipo de insecto. Coloca un perfume de lavanda y agrega naftalina. Cada vez que lo abras apreciarás la diferencia: te inundará un aroma agradable y seductor.
Antes de guardar la vestimenta que usarás en la nueva estación o de extraer aquella que ya no utilizarás por algunos meses, prepara y ordena la ropa. Tienes que tener definida la ubicación de las prendas a retirar y el lugar que ocupará la vestimenta que estarás sumando. Guarda el calzado en cajas y la ropa convenientemente lavada y planchada.
Por otro lado, ordena las prendas a usar en la estación que comienza de una forma práctica, para que siempre estén disponibles rápidamente. Una buena idea es hacerlo clasificándolas por colores. Puedes resguardarlas mediante cajas de cartón o bolsas con cierre de tipo hermético.
Por último, también es un buen momento para analizar la distribución del espacio. Fíjate si el armario u otros complementos utilizados para almacenar tu ropa están ubicados de una manera inteligente, aprovechando al máximo el espacio disponible. Si no es así, anímate a un cambio y mejora la energía en tu hogar.
Imagen: decoesfera.com
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