Los cabeceros para la cama son una excelente opción a la hora de decorar una habitación, éstos pueden servir para cualquier cama: la matrimonial, la de los niños, la de nuestro hijo adolescente. Renuevan sin dudas el ambiente para que se vea acogedor y cálido. Además, aportan personalidad a la habitación, le otorgan color y, por supuesto, son sumamente cómodos.
Muchas veces las camas ya incluyen su propio cabecero, los materiales elegidos son habitualmente madera o metal, aunque actualmente también se puede seleccionar entre una amplia gama de opciones. En cuanto al diseño, se puede personalizar el cabecero con alguna imagen que nos resulte agradable, luciendo la misma como fondo en nuestra cama mediante gigantografía.
Con relación a la fabricación del cabecero, se puede colocar un barral de metal o de madera aproximadamente veinte centímetros por encima de la cama. Los barrales que debes colocar son los típicos que se utilizan para las cortinas, elige uno que combine en mayor medida con la habitación y, por supuesto, que se ajuste a tu gusto.
Existen básicamente dos modelos de cabeceros que puedes elegir, uno se caracteriza por presentar cojines: busca los cojines que más te agraden, fíjate el tamaño de los mismos y la cantidad que vas a colocar, pueden ser dos o tres. Según el tamaño que tenga el barral se podrá verificar cuántos van a entrar.
Compra una tela que combine para los cojines y para poder colgarlos del barral cóseles unas tiras. Otra bonita opción es colgar del barral una tela, que puede ser terciopelo, cuerina, o tela de tapicería, por ejemplo. Verás que puedes elegir una amplia gama de diseños y colores.
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