lunes, 3 de noviembre de 2008

Sobriedad y funcionalidad = Minimalismo


Haciendo un poco de historia y brindando tributo a la famosa frase “Menos es más”, que fuera atribuida popularmente a Mies van der Rohe, y que fue utilizada primeramente por Richard Wollheim, el minimalismo despliega su arte a partir de 1970, pero su nacimiento se concreta en la década de los 60´ en los Estados Unidos. Es un estilo que ha marcado para siempre la historia del mobiliario contemporáneo.

Siendo este estilo artístico de algún modo lo opuesto del pop art, que presenta características marcadas por una fuerte diversidad de los colores, en el minimalismo prevalecen los tonos suaves y los espacios amplios. Es importante destacar la influencia que marcó en la arquitectura y en el interiorismo (y especialmente en el mobiliario), aunque su origen puede rastrearse en la música.

La sencillez, la sobriedad y la funcionalidad son los rasgos que le dan una personalidad distinta a los muebles minimalistas. Los objetos que lo representan son elementales, descartando la presencia de excesos en cuanto a las formas y colores, dándole tersura a los detalles finos y brindando una disposición ordenada de los muebles.

Buscando que nuestro hogar se convierta en un refugio de libertad, armonía y orden absoluto, el minimalismo aporta su sobriedad innata, donde prevalece el menor número de componentes, logrando de esta manera la mayor amplitud en nuestros espacios.

Para romper con la monotonía del blanco que impregna las paredes, los techos y los suelos, y acompañando los muebles, un toque sutil lo puede dar un detalle en negro. Justamente, el contraste mejor logrado entre luz y sombra, entre dos colores puros como el blanco y el negro es un punto clave en cualquier propuesta minimalista. De la misma manera, al alejarnos de los colores puros, también podemos echar mano a los diversos tonos de grises, igualmente atractivos.

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