Una vez diseñado el espacio de trabajo, es hora de seleccionar el mobiliario a aplicar en la oficina. Tanto en el caso de las empresas como en una oficina hogareña, el tema de esta elección no es menor: se requiere que el mobiliario facilite la actividad laboral y permita integrar al trabajador en el espacio de un modo confortable.
De esta manera, piezas como el escritorio, las sillas, las gavetas, los armarios o los complementos deben apuntar a incrementar el confort de los trabajadores. Asimismo, cada espacio debe estar diseñado de acuerdo a la función que se realizará en el mismo. En otras palabras, no servirá de mucho elegir los muebles más interesantes o bellos estéticamente sino se trata de los adecuados para las tareas que se llevarán a cabo en ese espacio.
Por otro lado, los especialistas aconsejan que los espacios laborales tengan detalles que hagan recordar a la vida cotidiana, y que no resulten fríos o alejados de la realidad diaria. Para ello se aconseja colocar muebles de descanso como sillones, sofás o puffs, cuadros o papeles pintados en las paredes que recuerdan escenas de la vida doméstica y mucha luz natural, entre otros puntos.
Por otra parte, en el caso del mobiliario de oficina destinado a una empresa, también deberá tenerse en cuenta la imagen que busca dar a nivel social la compañía. De esta manera, si el propósito es construir una imagen de seriedad los muebles no pueden ser los mismos que si la empresa busca una identidad más dinámica y juvenil.
Imagen: offitec.com
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